Los pozos de Niebla







Entre los recuerdos más notables que dejaron los romanos en Niebla en el promontorio de rocas vivas, donde está cimentada la ciudad, fueron sus innumerables pozos profundos y cisternas labradas al lado de la muralla principalmente por la parte de Occidente.

La mayoría de los arqueólogos les atribuyen a la época de la dominación romana, para el abastecimiento de aguas en tiempo de guerra, pues si bien los celtiberos, a los cuales se atribuye la fundación de la ciudad de Ilipe, labraron en la ciudad de Meca (Valencia), enormes cisternas y pozos profundos sobre roca viva, los de Niebla nos merece mejor atribuirlo a los romanos, por el gran numero de ellos que exigía buen numero de cautivos, por conocerse y haber en su época mayor numero de instrumentos de trabajo como cinceles, martillos de cobre, bronce o hierro, por tener a veces obras de mampostería y sillares supletorios en los huecos areniscos de la roca caliza y por haberse encontrado en las galerías subterráneas, que a veces se comunican con ellos, cacharros, ánforas y cerámicas romanas para los usos cuotidianos de los cautivos o trabajadores que los construían, si bien fueron mejorados en la época árabe y mudéjar con preciosos brocales vidriados y esmaltados de vivos colores con curiosas labores e inscripciones del Corán y a veces luchas de animales entre si y otros caprichosos entretenimientos de los artistas.

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