Son muchos los que opinan en este estilo estuvo emplazada la catedral visigoda, por varios capiteles y tablas ornamentales encontrado en dicho lugar, pues sabido es que los godos adornaban los monumentos con lapidas o trozos de mármol labrados, estilo que trajeron a España los Bizancio en el siglo VI en tiempo de Atanagildo. Además, porque, según Rodrigo Caro, estaba allí el sillón de piedra, donde, según la antigua tradición, se sentaban los obispos de Libla, hoy en el altar de Santa Maria.
IGLESIA DE SAN MARTIN
Hoy dia 25 se celebra el "El dia Internacinal de la Lucha contra la Violencia de Genero"
Hoy,25 de Noviembre, se celebra el Día Mundial Contra la Violencia de Género. No hay hombre más vil y cobarde que quien agrede, de palabra o de obra, a una mujer. Ante el menor amago, la mujer ha de pensar esto: "Los grito del Silencio deben ser oídos”.
CULTOS EN HONOR A SANTA MARIA COPATRONA DE NIEBLA
Maria: Latino, = Aquella que es excelsa - la amada por Dios es de origen Hebreo y esta San Maria es nacida en Niebla.
Hospital de Nuestra Señora. de los Angeles. ( Hoy Casa de la Cultura)
Este edificio es hoy propiedad del Ayuntamiento desde los tiempos de la desamortización, tergiversando sus sagrados fines.
Baste consignar que la estancia de las tropas francesas a las órdenes del mariscal Sonlt fue funesta para Niebla, destruyeron el Alcázar y lo que quedaba de algún esplendor de la época de los Condes quemaron las puertas de la ciudad, alojando también la caballería en la Iglesia de San Martín, donde puso también el deposito de sal. Las paredes de la Iglesia de Santa Maria las llenaron de caricaturas, dibujando alrededor del altar de la Patrona, la Virgen del pino, dos caras de gendarmes franceses, uno fumando un puro y el otro con sombrero Napoleónico, una bailarina, cariátide grande con cuernos, un gran rostro con largas barbas y abundantes cabellos y un toro con largas astas, seguido de un torero que lleva una pequeña gorra en la cabeza (descubierta al hacer una restauración ). Algunos vecinos de edad recuerdan que las tropas francesas también cometieron desmanes en la Iglesia de Santiago y lo que es fácil suponer en las demás Iglesias, que aceleraron su ruina, según lo hicieron en otra parte.
Texto de D. Cristobal Jurado
Algunos datos sobre la Historia de Niebla
Con fuerza irresistible y singular atrae la atención del viajero que desde Huelva se dirige a las fértiles tierras del Condado, la vieja e histórica fortaleza amurallada de la ciudad de Niebla. Situada en un montículo de formación Miocena constituido por tosca piedra caliza de origen marino, asentada sobre una base de conglomerado de cantos rodados, llevando a su masa trozos de pizarra y numerosos fósiles, demuestra que en otras Edades estuvieron sumergidas en mares de poco fondo. No pasa su espesor de los cinco metros y es presumible que de estas canteras que se extiende al Sur y al Norte de la ciudad fueron extraídos los sillares del cinturón amurallado que la rodea.
Su nombre procede de la lengua turania, sujeto después a diversas correpciones según los pueblos que la habitaron en épocas sucesivas, siendo llamada Ilipula por los romanos, Elepla por los visigodos y Lebla por los árabes, de donde pasó a tomar su actual nombre de Niebla.
Es de presumir que los iberos hubieron de establecerse en esta región, como lo prueban los monumentos megalítico de su proximidades. También cabe suponer con fundamento que habitaran esta comarca los tartessos, más tarde denominado turditanos o turdetanos, los cuales, según Ptolomeo, poseían las campiñas de Huelva y Ecija.
Probablemente esta antigua plaza fuerte alcanzo gran esplendor al ser ocupada por los visigodos en su calidad de auxiliares del Imperio contra los invasores bárbaros, como lo demuestra el hecho de haber sido designada para la creación de una cátedra episcopal.
Disputadísima fue la posesión de la plaza en la época de la Reconquista tras la invasión árabe, que dejo huellas notables de su paso, efectuando notables reformas sobre el antiguo recinto fortificado por los romanos. Aun después de la reconquista fue teatro de grandes vicisitudes como los atestiguan los cuadrados torreones de sus defensas mas orientales que forman parte integral del señorial castillo de los Guzmanes y que fueron construidos en el siglo XV.
Menos sombrías que los de la vetusta y severa ciudad de Ávila tal vez por estar cobijada por un cielo mas risueño son estas venerables murallas iliplenses. Proclamando el imperio del tiempo sobre las vanidades crece hoy la inculta hierba sobre los desgarrones que la acción de los elementos y el abandono de los hombres han causado sobre lo que a sus constructores debió parecer obra imperecedera.
Por A. Garcia Bellido