Refranes del mes de MARZO

• En marzo, la veleta ni dos horas se está quieta.
• Marzo ventarrón un día malo y otro peor.
• En marzo, florecen todos los campos.
• A nadie debe extrañar que en marzo empiece a tronar.
• Marzo, los almendros en flor y los mozos en amor.
• Las secas de marzo son lluvias en mayo.
• Niebla de Marzo, nieve de abril.
• Nieblas de Marzo, aguas en Mayo.
• Nieve antes de marzo, oro blanco.
• Cuando en marzo truena, cosecha de almendra.
• En marzo, el abrigo, nueces y pan y trigo.
• El sol de marzo conmueve y no resuelve.
• El calor de marzo, temprano espera el campo.
• Sale marzo y entra abril, nubecitas a llorar y campitos a reír.
• Cuando tu casa vayas a obrar, en marzo has de empezar

El colegio C.E.I.P. San Walabonso (Niebla), celebró el dia de Andalucia el
el pasado viernas dia 24.



El día 24 viernes, el Colegio C.E.I.P. San Walabonso celebró el día de Andalucía, fue un día especial, el programa de de actividades fue en homenaje a García Lorca.

Se alternaron poemas del poeta, recitado por alumnos de todos los grupos con las actuaciones de la academia de baile flamenco de Isa Cantos.

También actuaron los coros de madres y abuelas.
Después de actuar el grupo de profesores del centro, se homenajeó a una Sra. profesora que se jubila este año.
Y como colofón se izó la bandera de Andalucía cantando nuestro Himno.

Finalizo este acto con una degustación de platos típicos de nuestra cocina Andaluza. (La elaboración de esta degustación fue hecha con la colaboración de madres abuelas y familiares).

Multitudinaria jornada de Fé Mariana


Los iliplense cumplieron el domingo, día 19 de febrero con una arraigada tradición como es la jornada de convivencia entre hermanos y pueblo en general ante la “Reina de las Murallas”.

La Ilustre Hermandad de la Santísima Virgen del Pino y los Santos Mártires Walabonso y Maria, patronos y protectores de la ciudad de Niebla, organizó los actos que se desarrollaron desde las primeras horas del día en la ermita situada en el bello y acogedor paraje de Lavapiés, a cinco kilómetros de la localidad.

La Virgen del Pino acogió en su blanca ermita a los distintos peregrinos que llegaron desde la población y a las 12:30 de la mañana, el párroco local, D. Marcelino Ahadji S.V.D. ofició la Santa Misa ante la Excelsa Patrona. El acto religioso culminó con el canto de la Salve y el tradicional besamanos a la “Reina y Madre” de los iliplenses.

La aldea de Lavapies, se convierte cada tercer domingo de febrero en el centro de devoción mariana de todos los habitantes de la ciudad. Alrededor de la alcaldesa perpetua, la Santísima Virgen del Pino, se reúnen prácticamente todos sus hijos, que siguen manteniendo una fe mariana heredada hace varios siglos.

La parte lúdica de la jornada daba comienzo tras la función religiosa en los alrededores de la bella ermita donde se dan cita familias enteras para reunirse junto a las hoguera y degustar el popular “Tostón”.

Se vivió un año mas unas horas de paz y confraternidad, donde también como siempre este año por tercera vez nos ha acompañado una representación del Pueblo Canario procedente de Sevilla donde tiene su sede “El Hogar Canario”, como todos conocemos en nuestro pueblo, que fué bien recibido por los lugareños.

Cumpliendo con la tradición anual en esta peregrinación de invierno, la Hermandad de la Santísima Virgen del Pino obsequio a los asistentes con pan, costilla y también, como es de costumbre, con ricos caldos del Condado de Niebla.

Segundo Álvarez

Convivencia, de la Hermandad de Ntra. Sra. la Virgen del Pino, en las inmediaciones de la Ermita

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Niebla, en la ruta turística

Frente a las tranquilas y bermejas aguas del Tinto, conocido en la antigüedad aunque con otro nombre, se eleva una Ciudad plena de historia, que conserva aún las huellas de las diversas razas y pueblo que la habitaron. Esta Ciudad antiquísima, a la cual nos referimos, la conocemos con el nombre de Niebla, desde los tiempos de la reconquista, dado por Alfonso X El Sabio, constituyendo toda ella en sus reliquias del pasado y en sus ruinas del presente un emporio turístico de poca repetición en el suelo patrio.

Cargado de historia, como ya he dicho, y de suma importancia arqueológica, como lo viene demostrando el interés excepcional y progresivo mostrado por la sociedad arqueológica onubense, puede afirmarse que Niebla debe ser en nuestra provincia uno de los objetivo turísticos mas codiciados.

La importancia turística de esta ilustre Ciudad, casi olvidada hoy del mundo puede sintetizarse en algunos puntos principales:

1º_ La reconocida antigüedad de su nacimiento, ya que se sabe fue fundada con anterioridad al primer milenio antes de Cristo, creencia que se ve garantizada por el hallazgo de una gruta prehistórica, con objetos de incalculable valor arqueológico, en los “Bermejales”, y el también hallazgo, de la misma valía, del magnifico dolmen de Soto, enclavado en la finca de “La Lobita”, a unos ocho kilómetros de esta Ciudad.

2º_ Los vestigios de los pueblos que la habitaron, sobresaliendo entre ellos, las celebres murallas de origen celtíbero, que los romanos fortificaron y que con los árabes adquirieron su asombroso estilo de hoy, digno de admiración, no llegando a derruirse debido al encendido celo de sus Autoridades.

Estos muros, con sus históricas puertas: (La de Sevilla, del Socorro, del Buey, del Agua…), y el castillo situado sobre ellas, merecieron ser declarado por el Estado monumento nacionales.

3º_ Los monumentos religiosos, que quedan hoy ante la curiosidad de los visitantes, son dos; la Iglesia de San Martín, construida sobre una Mezquita después de la reconquista y declarada mas tarde Monumento Nacional.

Hoy solo se conserva la Capilla del Histórico Cristo de la Columna, Imagen ante la cual el soberbio mariscal Soult, en la Guerra de la Independencia, no tuvo mas remedio que reconocer su Omnipotencia Divina, cediéndole su fajín al Señor en reconocimiento del hecho milagroso que se produjo al querer penetrar sacrílegamente con su caballo en la citada capilla, siendo derribado de una manera aparatosa, sin causa aparente.

La Iglesia Mayor de Santa Maria de la Granada, Monumento Nacional igualmente, la cual ostenta una estupenda torre de estilo almohade del siglo XII, entre otras cosas, una silla de piedra donde según los historiadores, tomaban asiento, cuado esto era sede del Obispado visigótico, Obispo y los prelados y por ultimo no quiero pasar sin citar a San Walabonso, natural de esta población Y Patrono Celestial de ella en nuestros días.

Muchas mas cosas de Historia y Arte pudieran ser insertada en estas líneas, puesto que Niebla, por si sola, es gloriosa.

Traslado de Ntra. Sra. del Pino a su Ermita

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Historia ciudadana de Niebla


Me contaba un turista, que había recorrido España para contemplar sus monumentos, que tenia mucho interés en visitar Niebla, pues había oído decir, que era los pueblos donde su vieja tradición agarena quedo incólume a pesar de los años.

Efectivamente, el apasionado turista, se presentó un día en la ciudad, provisto de maquina tomavistas y una exótica indumentaria, que desentonaba con el ambiente.

Contemplando las murallas, que circundan el pueblo, vio con admiración, como crece entre las heridas de sus torreones, hierbas de la mas variadas especies. Conversó con un grupo de campesinos que volvían de sus obligaciones, con esa sana alegría que da el deber cumplido; gustándole oír las opiniones de aquellos hombres curtidos por el fuerte sol andaluz.

¿Qué mejor que aquellos podían contarle el pasado y presente de su pueblo?

Al borde de la carretera, y a la vista de las murallas, interrogó a un hombre que portando un apero de labranza, se encaminaba a su hogar. Charlaron un buen rato, y a pesar de su dificultad idiomática, se comprendieron, y como colofón a este agradable coloquio, remojaron sus sedientas gargantas con rico mosto de la tierra.

Sacó en conclusión, de aquella efímera amistad campesina, que existe un gran porcentaje de iliplense que se interesan por la historia de su pueblo.

Hay un pequeño núcleo de indiferentes; quizás por desconocimiento de la misma; quizás por la angustia vital de los tiempos. Observamos, que esta indiferencia por el pasado, se manifiesta hoy en muchos lugares de la tierra. Siendo característica de la actual época, su apatía histórica.

En los pueblos, eminentemente agrícolas como Niebla, donde las labores del campo prolongan el trabajo hasta el borde de la noche, se enseña al hombre a amar a su terruño con el mayor cariño.

El estimulo moral, que recibe el productor del campo, a través de la tierra, es el mejor fruto de su tesón en el trabajo. A veces su rudo esfuerzo, no compensa sus necesidades cotidianas, y buscan, como las abejas, otros lugares donde poder sobrevivir.

Al forastero, le encanto la sencillez del pueblo iliplense, y le sedujo en extremo, las riquezas artística que atesora la ciudad.

Antes el interés demostrado por las cosas de Niebla, el campesino, le mostró un grueso libro, donde se condensan las glorias de esta ciudad amurallada; y cogiendo al azar, una pagina del mismo, leyó al forastero este interesante relato; “Veo avanzar a un sultán por el camino que sigue el río.

Su hermoso caballo blanco bereber, avanza majestuoso, con arreos de oro. Detrás de él se mueve un brillante séquito de jinetes que se cubren con capa blanca y turbante de color azul. El sultán es todavía joven y fuerte. Sus audaces ojos, olvidados de aventuras, miran ensoñadoramente la muchedumbre que le sigue, pero llenos de ternura, se posan en una policroma litera que aloja a su esposa favorita. Pesadas cortinas de seda rojo, cubiertas con sentencias del Coran bordadas en oro, ocultan el celestial rostro, para que no llegue a el ninguna mirada profana. Solo la luna, con su gentil coquetería, introduce sus rayos de luz entre el terciopelo y la seda, para besarla.

Al pié de las murallas, una joven lugareña, de belleza radiante, señera y atractiva como nunca la había visto, saludaba a la comitiva, con esa angelical sonrisa de mujer de esta tierra.

Un chiquillo, con ansias de contemplar tanta grandeza, semejante a los cuentos de las Mil y Una Noches, abre brecha entre la compacta multitud, para internarse en la fortaleza, que brilla como ascuas de fuego. Un minarete, inseparable de su mezquita, se alza en la noche para contemplar el parpadeo de las estrellas.

Lo que te he leído, es solo un pasaje de la historia de mi pueblo. Cualquier pagina del libro de su vida, está saturada de embrujo y misterios.

El extranjero, comprendió lo que oyeron sus oídos; supo valorar lo que vieron sus ojos. Por su boca, salieron las mayores alabanzas, y en su mente quedó grabada la hermosa estampa de un pasado grandioso.

¿Qué seria de los pueblos, faltos de tradiciones históricas, lleno de problemas irresolutos, donde la vida crece, se mecaniza, pero sin un alma que los haga recordar su pasado? Pues que faltos del encanto peculiar de unas tradiciones, forjadas en piedras a través del éter, caería en la monotonía del presente, siempre caduco, por el ritmo veloz que marcan los tiempos.

Refranes de “FEBRERO”

Son numerosísimos los refranes sobre el tiempo representan toda una sabiduría de la climatología en el calendario a lo largo del año. Muchos de ellos indican que si ocurre tal cosa en una determinada fecha, entonces tendrá repercusión en las lluvias u otros fenómenos relacionados con las estaciones del años.

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Agua de febrero, llena el granero.

Febrerillo el loco, un día peor que otro.

Febrero, febrerín, el más corto y el más ruin.

Febrero, rato malo y rato bueno.

El sol de febrero, saca al lagarto del agujero.

En febrero busca la sombra el perro y en marzo su amo.

En febrero loco ningún día se parece a otro.

En febrero sale el oso del osero.

En febrero, un día al sol y otro al brasero.

En febrero, un día malo y otro bueno.

La flor de febrero, no ve el frutero.

Para febrero, guarda leña en tu leñero.