Cruz de Distinción del Condado de NIEBLA en la guerra de la Independencia


Guerra de la Independencia española 1808 – 1814

Se estableció por orden de Fernando VII el 26 de Enero de 1817 y consiste en una cruz de cuatro aspas esmaltada en verde y rematada en 8 puntas con globillos de oro. Portando una corona de laurel doble el lado superior.
En el centro un óvalo esmaltado en blanco sobre el que figura la cifra F VII, alrededor de la cual la inscripción A LA DIVISIÓN DEL CONDADO DE NIEBLA AÑO 1810, y en el reverso, en líneas horizontales: FORMADA POR LA ACREDITADA LEALTAD DEL GENERAL COPONS.
La cinta es azul con dos filetes blanco a cada lado.
Para la tropa se otorgó una similar aunque prescindiendo de esmalte y todo en plata.    

Una secuencia de la Historia de la Guerra de la Independencia entre 1808 a 1814 en Niebla



El General Blacke intentó apoderarse del pueblo fortificado de Niebla, situado en la rivera derecha del Riotinto, posición importante á los enemigos para poner a cubierto  á Sevilla, que no dista mas que 10 leguas, de un golpe de mano de las tropas que pudiesen desembarcar en Moguer. Niebla, como punto de apoyo para las operaciones del enemigo, y como depósito de las subsidencias que arrancaba á los pueblos del Condado, se hallaba defendida por una fuerte guarnición francesa. El 30  de Junio, dos horas antes de amanecer, dispuso Blacke el asalto, que se verificó bajo un fuego muy vivo de artillería sin resultado por cortedad de las escalas y falta de otros medios que por entonces obligaron a desistir de esta empresa. Interin Blacke bloqueaba á Niebla, el Conde de Penne Villemur, adelantándose por San Lucar la Mayor hasta el barrio de Selvilla llamado Triana, en el momento mismo en que la partida destacada del cuerpo de Ballesteros amenazaba penetrar en aquella capital por el camino real de Carmona. Obligó al General Darrican, de Sevilla, á encerrarse con su corta guarnición en la Cartuja, edificio que el Mariscal Soult había mandado fortificar para precaver un golpe de mano.       
Autor: El D. José Muñoz Maldonado

Dia de Convivencia de la Hermandad de Ntra. Sra. del Pino el Domingo dia 17 del corriente

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1º CAPITULO DE MADINA LABLA NIEBLA


Fue en el año 713, o sea, dos después de la invasión  de España por las tropas berbericas de “Taiq b. Ziyad”, y uno de la llegada de los árabes del amir “Muza b. Nusayr”, cuando el hijo de este , “Abd al-Aziz b. Muza”, en correría por  el Oeste andaluz, desde Sevilla hasta Faro, conquistó la histórica y renombrada ciudad de ELEPLA, engarzándola, como florón valioso, en la corona del naciente reino hispano – musulmán.
Cuando la conquista de Sevilla por el emir “Musa”, el año 712, las fuerzas godas que guarnecían dicha población, tomaron la vía romana que se dirige por Niebla a las bocas del Guadiana (1) y pasando el río, donde se creían más seguras, se atrincheraron para poder resistir el probable avance de los invasores. Y cuando mas tarde, tubo el caudillo árabe que sitiar la fortaleza de Mérida, mandando venir desde Africa a su hijo “Abd al – Aziz”, con tropas suficiente para poder tomar la población, los cristianos de Sevilla, ayudados por sus compatriotas de Béjar y Niebla, se sublevaron contra la pequeña guarnición “berebere”, dando fin con cuantos no pudieron huir en dirección á la fortaleza sitiada. Y tras de reducir nuevamente la plaza sevillana, dejando en ella una guarnición árabe, el joven caudillo realizó afortunadas expediciones militares, conquistando, entre otras plazas, las de Niebla, Beja y Ossonoba, continuando después hacia el Oriente, donde firmó interesantes capitulaciones con el jefe godo Teodomiro.


Durante los cuarentas años del “amirato” dependiente de Damasco, la ciudad de “labla” figura entre el numero de los mas importantes, tanto por su posición y fortaleza, como por la calidad guerrera de sus habitantes. “Qaysies” y “yemenies” , árabes y “beréberes”, trajeron a la península el veneno de su pasión y la intensidad suicida de sus luchas internas. Y conquistada, como hemos visto, por las tropas árabes, tomaron posición de sus terrenos y riquezas los mas notables “yemenies” que habían de dar “al-Andalus” días de gloria, grandeza y prosperidad. Tranquilo pasaron, para la ciudad, los primeros años de vida musulmán. Nada le afectó la sedición berberisca del “amir””Abd al-Malik b, Qatán”, y cuando “Abu-I-Jttar” distribuyó a los sirios de “Balch” en feudo o “chunds”, para librarse, en la defunción, de la fierezas de su dominio, el “chund” de Emesa vino a disfrutar de las ricas tierras de “Lebla” y su comarca, como asimismo de la de Sevilla y toda la región del Aljarafe,

Eduardo Saabedra: "Estudio sobre la invasión de los árabes". Madrid. 1892.