La semana de las fiesta Mayor de Ntra. Patrona la Virgen del Pino en los años 60, estaba compuesta por muchas anécdotas que perduraran en las mentes de todos aquellos Iliplense que vivieron en aquellos años.
Eran siete días incansable de capeas organizadas por el
Ayuntamiento y en las que participaban las siguientes ganaderias:
Vacadas de “Las Gorritas”, “De la Juncia”, “Las de Beltrán” “de Beas”, “Las de la dehesa
del Blanco”, “Pepe Gómez “, Ramón Ortega” y
por ultimo las de “Rodrigo Pacheco”.
Los vacunos mas destacados por su bravura eran la Gacha ,”el Cajilla”, “el
Señorito”, “el Atrevió” y la “Melojera”.
Los personajes más destacados en cuanto a los muletillas
en la lidia, eran “el Tripa”, “el Pireo”, “Pepe Ose”, “Belmonte”, “Joroco”,
“Torito”etc.. etc.
Los bufos toreros eran “Quijoles”, “Morente” y el “chico
el Mellao”.
No se puede olvidar el “Vizco de la Pallita”, que era famoso
por el regado con la manguera al ruedo, antes de comenzar la lidia.
Los mas destacado
en los montajes de los andamios por lo
bien hecho que estaban, así como por acogida a su personal visitante, el que
confeccionaba a maza y martillo, Diego Moya, y si olvidar los de la
“Presidencia”, que lo formaban tres, Pedro Feria, José Gálvez Mojarro y Eusebio
el “municipal”.
La sesión “vermút”, era la así denominada el alma de la
juventud en el Casino de Sociedad en donde se nos recibían para tomar la copa
después del encierro de las vaquillas.
Los famosos y entrañables camareros como Juan Candela, José
Ramos “el Almejita” y de Felipe “el Berrocaleño”, que con astuta sabiduría y
siempre buen agrado nos servían las copas en barra o bien en el interior del
Casino, donde escuchábamos aquellos pasodobles tan bonitos.
Los personajes tan querido de aquella famosa orquesta.
Por citar algunos diremos aquellos como el maestro Valero
a Salvador, a Cecilio y a Calero “el trompeta” de la orquesta Valero de
Valverde del Camino, o al maestro Mora, pianista de la orquesta “Copacabana” de
Riotinto o a Antonio “el panadero” como batería de la Tropical Jazz de Nerva.
Que bonita que felicidad cuanta alegría se derrochaba en la Semana Grande de Niebla.
¡Cuantos recuerdos quedaron atrás!
¡Que experiencia tan bonita!
¡Que Funciones de Iglesia tan Solemnes!
¡Eran otros tiempos señores!. Era cuando el respeto, la
bondad y la sonrisa llamaban a la puerta
para reunir a esa camaradería ciudadana que ahora por desgracia, no
existe.
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