La Ermita del Rocío en la jurisdicción de Sevilla y Niebla en la edad media



Juan Infante – Galán escribió que la ermita de Santa Maria de las Rocinas, fue mandada levantar por Alfonso X el Sabio, quien coloco allí tan venerada imagen gótica en torno a la segunda mitad del siglo XIII. Al respecto nos preguntamos, ¿existía Almonte y El Rocío en el siglo XIII?, y en su caso, ¿de quien dependía jurisdiccionalmente?; preguntas que ya contestamos en nuestro libro “La Palma y su entorno: Antigüedad y edad media” (Sevilla, 2004), en el que estudiamos la historia antigua y medieval de la comarca en la que Almonte se integra.

Como expongo en dicha obra, Fernando III el Santo conquisto Sevilla y El Aljarafe, llegando por esta comarca hasta Tejada y las alquerías de un entorno, estableciendo la frontera con los musulmanes en Onujos (Hinojos) y Manzaniella (Manzanilla), ya en manos cristianas. A su suerte, su hijo y sucesor Alfonso X el Sabio, conquisto el resto de la zona, esto es, Villa Alba (Villalba), La Palma, Bolules (Bollullos), Almonte y el Reino de Niebla hasta el Algarbe.

Nada se dice sobre Almonte en el Libro del Repartimiento de Sevilla, ni en ningún otro documento alfonsin del siglo XIII, ni se conserva el Libro del Repartimiento de Niebla. En mi opinión, el lugar de Almonte en el siglo XIII no fue mas que la antigua alquería árabe de Alyabal, prácticamente despoblada y desierta, no repoblándose hasta el siglo XIV cuando fue otorgada a la nobleza sevillana. En cuanto a la aldea de El Rocío tampoco existía a finales del siglo XIII, solo se ubicaba allí una pequeña ermita y mas tarde, una venta o bodegón en la encrucijada de caminos que a través del Coto de la Rocinas unían el Reino de Niebla con Sanlucar de Barrameda.

Sin embargo, tenemos constancia de que en el siglo XIII, otros lugares próximos a Almonte existía y estaban poblados, tales como Onujo (Hinojos), Manzaniella (Manzanilla), Chucena, Pilas, Mures (Villamanrrique) y Niebla; si bien escasamente poblados no llegando a sobrepasar los cincuenta habitantes, salvo Tejada y Niebla habitada ya por buen numero de cristianos, mudéjares y judíos.

En mi citado libro dejamos constancia de que en el siglo XIII, Alfonso X concedió Mures (Villamanrrique) a la Orden de Santiago y a veinte portero reales (Martín Yuanes, Juan López, Martín López, Pero Martín, Rodrigo, fijo de Pero Franco, así como otros dieciséis). Otros Caballeros, monteros y zatigueros del Rey, heredaron también aranzadas de olivar y figueral en Mures, donde Iñigo López de Orozco, llego a constituir una gran finca. En Pilas concedió el Rey Sabio tierras a Ramil Ibáñez (su escribano), don Fernando (abad de Santillana), y don pedro Abad (chantre de Cartagena). La Villa de Tejada fue repartida entre cincuenta caballero y setenta peones. En Onujos (Hinojos), Paterna Fabula, Escacena, Manzaniella (Manzanilla), Benafique y Gelu-Rauz, heredo el rey a almocadenes y almogávares, y Chucena fue otorgada al monasterio de Iranzo.

En el siglo XIII, por Privilegio de 6 de diciembre de 1263, Alfonso X el Sabio otorgó al Concejo de Sevilla su Alfoz o termino municipal, que aparte de integrar la actual provincia de Sevilla, incluía también los territorios que hoy forman la provincia de Huelva (provincia que no se crea hasta el siglo XIX-1833-), llegando sus limites hasta el Guadiana por el oeste, y hasta las Marismas de Gudaquivir y Lebrija por el sur; por lo que tanto las actuales tierras de Almonte, Coto de las Rocinas y la primitiva ermita del Rocío, pertenecieron en esta época a la jurisdicción del Concejo o Ayuntamiento de Sevilla.

En el siglo XIV, el rey Alfonso XI, biznieto del rey Sabio, que en sus monterías visito el Coto de la Rocinas, concedió la titularidad de Almonte y La Palma, a don Alvar Pérez de Guzmán I, Alcalde mayor de Sevilla en 1350, iniciándose la repoblación de dichos lugares por castellanos-leoneses y personas llegadas de otros lugares del Reino. No obstante, Almonte cuando por aquellas fechas comenzaba su andadura, tenia asignado un exiguo término municipal que solo comprendía algunas viñas y ejidos alrededor de la villa, perteneciendo el Coto de las Rocinas y las tierras donde actualmente se ubica la aldea de El Rocío a la jurisdicción del Concejo de Niebla, por concesión del citado rey.

En el “Libro de la Montería” de Alfonso XI, se detalla la riqueza cinegética de los bosques de Niebla y Gibraleón donde coexistían venaos y jabalíes con los osos “en tiempo de los panes et de las uvas”, y cita el Coro de la Rocinas y la primitiva ermita que allí existía en esta época de siglo XIV, en los siguientes términos: “En tierra de Niebla ha una tierra que dicen Las Rocinas… et señaladamente son los mejores sotos de correr cabo de una iglesia que dicen Santa Maria de las Rocinas, et cabo de otra iglesia que dicen Santa Olalla”.

Concluyendo, las tierras donde hoy se levanta la ermita y aldea de El Rocío, lugar de interminable pleito de lindes y mojoneras entre Sevilla y Niebla, dependieron jurisdiccionalmente del Consejo de Sevilla en el siglo XIII, y del Consejo de Niebla en el XIV.

En el siglo XV, el conde de Niebla y duque de Medinasidonia, se hizo con la totalidad de la villa de Almonte, mientras Fernando el Católico otorgaba en 1476, el Caño o Madre de las Rocinas, bosque colindante y tierras donde hoy se ubica la aldea de El Rocío a su secretario Esteban Pérez Covisos en 1476; zona que su hijo vendió al Consejo de Almonte a finales del siglo XVI, por escritura publica de 23 de diciembre de 1582, confirmada por otra de 29 de marzo de 1583, pasando a depender hasta el día de hoy del Ayuntamiento de Almonte.

Pedro Rodríguez Bueno

Presidente del Cabildo de Alfonso X el Sabio.

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