EL PINO DE LA VIRGEN

Erase el año de 1527 y sus tiempos primaverales se presentaban con mayor galanura que otras veces. Los campos se habían alfombrado presto de coloradas flores, y las aves viajeras como las golondrinas, los vencejos, las cigüeñas, las carracas y otras muchas, se disponían con mas premura a celebrar sus himeneos.
El pastorzuelo Pedro, aficionado también a la caza, recorría con su ganados las margen verdes y floridas del arroyo llamado Lavapies,
en recuerdo de la princesa Esteil.
Mas de pronto, oye arrullos como de tórtolas,viendo en la copa de un frondoso "Pino" que descollaba en el bosque, una hermosa paloma campestre; se detiene y le dispara con su arcabuz o espindarga y creyéndola muerta va a recogerla.
Pero cual no fue su sorpresa cuando al acercarse al padre corpulento de la selva, oye música angelical, apareciendo el árbol iluminado como con los fulgores de un gran incendio.
De su interior partían voces misteriosas que decían: " ¡ Detente porque es santa la tierra que pisas ! "
Se descalzo, hincose de rodillas y pudo ver, admirado, que, abriéndose súbitamente la espesura, aparecía sobre las ramas del verde "Pino,"que ardía sin consumirse como la zarza de Moisés, una preciosa imagen de la Virgen María con Jesús en sus brazos, teniendo en sus manos una paloma blanca: Era la virgen purísima de Esteil y Edita.
Pedro, después de haberla adorado, con su frente humillada hasta la tierra, se levanto presuroso, corrió y dio aviso a las autoridades y al pueblo de Niebla, que acudieron en tropel a contemplar aquella maravilla.
La erigieron inmediatamente un templo en el mismo sitio de la aparición y la nombraron por reina y señora del condado de Niebla, cuyo patrocinio perdura hasta el día de hoy con el titulo de Virgen de los Pino.

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