Bajo las Razas Africanas Niebla Almohades

En el mes de mayo de 1146, los fanáticos (almohades) del desierto desembarcaban en la Península, mandados por Abu Is-haq Barraz b. Muhammad apoderándose, tras escasa lucha, de los puertos de Tarifa y Algeciras. Pronto se le somete *Ibn-Garrun*, señor de Ronda, Jerez y Arcos, como asimismo, *Yusuf al-Battruyi*, *emir* de Niebla, se ve también obligado a prestar su obediencia a los nuevos invasores, si bien la retira prontamente al sentirse protegido por el monarca castellano.

No obstante esta protección, tanto a la fortaleza de Niebla como todo el *Algarbe*, se verían pronto sojuzgados por los temibles africanos. Los nuevos contingentes llegados de *Infriquilla* al mando de *Abu- Zaqariya* someten duramente todo el Suroeste peninsular, inaugurando su imperio con la mas espantosa matanza realizada en los defensores de Niebla, dando muerte a todos sus habitantes varones, cuyo número hacen pasar los cronistas por mas de ocho mil, vendiendo niños y mujeres en el mercado de la mas afrentosa esclavitud, hecho que motivó la conversión de *Abd Al-Lak al – Mogawiri*, el gran santo *leblense*. Y Niebla (que desde 1178, en que fue sitiado por el infante don Sancho de Portugal, se denominaba ya por este nombre) ve pasar cerca de ochenta y cinco años uncida al yugo *almohade*, si bien, al poco tiempo de su conquista, seducida el alma africana por el ambiente andaluz, goza de los esplendores de la corte sevillana, viendo reconstruidos los muros de su fortaleza, restauradas sus mezquitas- cuando no levantadas de nueva planta-, aumentada su población, en el Alarafe, como lucero de primera magnitud, hasta que en 1234 (después de haber sido ocupado por poco tiempo, en 1231, por el Arzobispo de Toledo don Rodrigo Jiménez de Rada), su alcalde, *Musa b. Muhammd b. Nasr b. Masfur*, al ser asesinado *al- Bayi, huyo providencialmente de Sevilla y se declaro independiente como estado mudéjar de Alfonso X, el Sabio, no sin resistir el sitio, que puso a la plaza, en 1293, el caudillo *Ibn-Hud*, proclamando en Murcia en 1228, y que logro apoderarse, a la caída del imperio almohade, de todos sus estados peninsulares, excepto de los de Valencia y Niebla.