Acto de descubrir un rotulo, en una Plaza de Niebla, dando el nombre del maestro Don. José Morales Quintero


Acto de inauguración de la plaza “Maestro D. José Morales Quintero, en 1981 por Don Juan Álvarez Moreno. (Mi tío)

Señor Alcalde, Dignísimas Autoridades, Señoras y Señores, Paisanos todos:

Confieso que no se, si poner orden en mi corazón y en mi mente al venir a Niebla, a nuestro pueblo, es recordar tan intensamente, querer vivir momentos de mi vida, que pese a los años transcurridos, permanecen indelebles en mi memoria. Y hoy mucho más, porque nos reúne aquí, el recuerdo emocionado de aquel maestro que fue D. José Morales Quintero.

Por ello, he suplicado A Ntra. Patrona, la Virgen del Pino, que me ilumine, y pueda evocar la figura de D. José, nuestro añorado Maestro.

Rememorar en este instante la figura de D. José, es algo que me abruma, mi espiritu se halla lleno de todos sus recuerdos, recuerdos muy especiales para el reducido numero de sus alumnos aquí presentes.

Don José Morales, amigo que se fue, nos dejó su voz, su imagen y sus enseñanzas, muchas veces repasando la película de mi vida, que no es otra que los 73 años que tengo vividos, pasa por mi mente la figura de Don José, lo veo pasando entre nosotros, sereno, fugaz, con su mirada fija en el espacio… en el firmamento, para seguir siendo, la estrella que deja su luz, a los que fuimos sus alumnos en la vida, en el saber, en el afecto y , en el valor humano.

Ahora es cuando comprendo en toda su intensidad la frase de Jorge Manrique. "Y aunque la vida murió, nos dejó harto consuelo su memoria".

D. José, nos enseñó a dialogar, nos decía que el verdadero diálogo, tiene como base fundamental, el respeto a las personas y, que la tarea de encontrar una voz amiga, es difícil, pero no imposible, es cuestión de seguir buscando, de no cejar en su empeño.

También nos decía, mirar a todos los que nos rodean, mirarle las manos, incluso los ojos y los pasos.

Nos advertía, de lo que llevan las manos como escudo, o las utilizan para recoger, del que nos mira a la cara, como traslado de evitar, que nos adentremos en su interior, si le miramos a los ojos, de los que llevan prisa, creyendo que el correr es más viril que el andar, de los que están apegados a los terrenos, porque nuestro destino, es amar y ser correspondidos, porque pese a todo, hay que estar por encima de esas pequeñas, que aturden y hasta matan el alma de los hombres pequeños, que nuestra alma es un tesoro tan preciado que nos da Dios, que no puede ni debe mancharse con el fango de las pasiones, que algunos se empeñan en remover.

Señor Alcalde: Quiero expresarte, a ti, a la corporación que presides, mi mas profundo agradecimiento, en unión de mis compañeros de clase aquí presentes, que sin conocer a este “Gran Maestro” que fue Don José Morales Quintero, habéis tenido la feliz idea, de rotular esta plaza con su nombre, cuando se cumple 17 años de su muerte. Mi gusto y el de mis compañeros de clase, hubiese sido haberlo tenido aquí a nuestro lado, para haberle dado un abrazo después de estas palabras, pero desgraciadamente no ha podido ser así, pero este abrazo póstumo se lo voy a dar a su hijo Joselito, (Joselito para nosotros), para los demás, D. José Morales Roldan, Oficial del Ejercito del Aire.

Gracias Eduardo, Mil Gracias, te lo agradezco de todo corazón como si este homenaje se lo hubiese hecho a mi propio padre, y lo considero como un acto de justicia a su memoria.

Se ha cumplido una sentencia árabe que leí hace tiempo:”La tinta del sabio es tan preciosa como la sangre del mártir”.

Creo Sr. Alcalde, que el gesto del Ayuntamiento que presides, será ejemplo para las generaciones venideras Niebla no olvida a los que se desviven por ella.

Y este gesto, queda enmarcado en la sentencia del Filosofo Griego, “un Hombre que fue esclavo, que consiguió la libertad, y que explico Filosofía en Roma antes de Cristo.

Epictero dijo: Engrandecerás a tu pueblo, no elevando los tejados de sus viviendas, si no las Almas de sus habitantes.

No sé Señoras y Señores paisanos míos, como he sido capaz de redactar estas líneas, en momentos en que la emoción paraliza la lengua, mientras acelera el corazón. La Santísima Virgen del Pino, Nuestra Patrona a la que siempre me encomiendo y a Nuestro Patrón San Walabonso, que me han dado fuerza y entendimiento, para públicamente alabar la obra de DON JOSE M.ª MORALES QUINTERO. Su pedagogía y su cariño a sus Alumnos, sigue y seguira presente en el corazón de los Niebleros.

Niebla a Junio de 1985

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