Entre los motivos históricos merece recordar el binomio
Niebla Río Tinto, tan enlazados en la Geografía e Historia. Goethe indico la influencia
de las montañas sobre las poblaciones. Mas influencia que las montañas tienen
los ríos sobre los lugares que bañan.
Las poblaciones grandes o pequeñas han buscado siempre el
regazo de un río o arroyo para su emplazamiento. El binomio ciudad río
constituye una formula significativa para su destino. Zaragoza sobre el Ebro
constrayó un centro económico; Toledo sobre el Tajo, una fortaleza: Sevilla,
sobre el Guadalquivir, un puerto interior que irradia su comercio sobre la zona
económica, etc.
La ciudad y su río hermanan geográfica e históricamente;
el Sena es solidario en Paris; el Tamesis con Londres; el Danubio con Viena, ect.
No es de extrañar que Niebla – la Ilibula – se formase sobre
u montículo protegido por el cauce de un río, bajo un imperativo económico: almacén
de metales y capital del eje económico que enlazaba las minas y el puerto de
embarque en remotas épocas. En la aurora de nuestra Historia las minas onubenses
tienen gran importancia por el transporte de los metales al Mediterráneo
Oriental. Fenicios y cartagineses monopolizaron dicho tráfico. En aquella época
Niebla era un lugar intermedio entre estos mineros y el puerto de embarque
Moguer, voz ibera deformada que significa articulación por servir de puerto de
carga de los metales con destino a fenicios, cartagineses y judíos, sobre todo
en los tiempos del Rey Salomón, según se puede comprobar con las referencias de
la Santa Biblia
sobre la famosa Tharsis, llamada Tartesos por los griegos.
Resumen, Nace Ilibula - hoy Niebla – por imperativo de la economía
de tráfico, transporte de metales hacia el puerto de embarque. Moguer, como
hemos indicado.
Volvemos al estudio del binomio Niebla Río Tinto.
1º_ El mas antiguo que conocemos del binomio
ciudad- río, podemos estudiarlo al contestar la siguiente pregunta: ¿Cuándo
Niebla se denominaba Ilibula, que nombre recibía
el Río-Tinto?. En la bahía de Huelva desaguan dos ríos, Odiel y el Tinto. El Odiel en aquellas aquella época se llamaba Ibero, que
denominó a la Iberia
primitiva, comarca onubense que extendió su nombre a nuestra Península. Río-Tinto
se denominaba Lisius o Lixus, voz ibera que se traduce por salideros y
desaguadero, nombre que figura en muchos
idionimicos de la vieja Toponimia peninsular. En Marruecos existe un río con
este nombre que desemboca en Labade.
2º- En época árabe
el citado binomio se convierte en Liebra- río Aceche. Aceche en voz arabiga que
significa vitoriolo o caparrosas, por las característica de las aguas del Río-Tinto.
3º- El actual
binomio Niebla-Río Tinto se impone después de la Reconquista en tiempo
que no se puede precisar de la
Niebla cristiana y española: Seguramente el color de las
aguas influyo en los conquistadores para imponer el nombre actual, pero el
Acede o Aceche convive largo tiempo con el actual hasta que logra desplazarlo.
En un mapa alemán del año 1688 se estampan ambos nombres, última referencia que
se encuentra en la Cartografía
extranjera.
En bellos versos se
ha aplicado adjetivos despectivos por algunas petas a Río Tinto.
río arrastra
despojos de la mina hasta sepultarlo en el Océan.
El Río tinto es una
bella pincelada roja que pone una mota de color en el luminoso paisaje onubense
y sirve de espejo fluvial para que
murallas y torres de Niebla reflejen en sus aguas.
Cada río entona su canción
propia. Por eso Río Tinto en la noche de luna murmuran sus aguas viejos romances
de mineros y fundidores, centinelas moros y caballeros cristianos que solo percibe
el viento. Río minero de manantial a desembocadura, canción de plata y cobre,
esfuerzos y trabajos, que imprime a Niebla en un ambiente característico.
El binomio Niebla- Río
Tinto bien merece un emotivo poema; cualquier poema onubense puede hacerlo. Río
impregnado de Historia y la
Historia es la poesía del recuerdo.
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